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Pedagogía de la exclusión
Económicamente, el neoliberalismo fracasó sin lograr alguna revitalización básica del capitalismo avanzado. Socialmente, por el contrario, el neoliberalismo alcanzó muchos de sus objetivos, creando sociedades marcadamente más desiguales, aunque no tan móviles como lo deseaba. Política e ideológicamente, sin embargo, el neoliberalismo alcanzó éxito en un grado con el cuál sus fundadores probablemente jamás soñaron, diseminando la simple idea de que no hay alternativas a sus principios, que todos, ya sea confesándolo o negándolo, tienen que adaptarse a sus normas.
Probablemente, ninguna sabiduría convencional consiguió un predominio tan amplio desde el inicio del siglo XX como el neoliberalismo hoy. Este fenómeno se llama hegemonía, aunque, naturalmente millones de personas no crean en sus fórmulas y se resistan a sus normas. La tarea de sus opositores es la de ofrecer otras recetas y preparar otros sistemas; pero no hay como prever cuando o donde van a surgir. Históricamente, el momento del cambio de una generación es una sorpresa.
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La libertad se conquistaLibro impreso: $100
Disponible"Hablo en nombre de esos millones de seres humanos que están confinados a los ghettos por tener la piel negra o por ser de una cultura diferente, que gozan de un estatus, apenas superior al de un animal. Sufro en nombre de los indios masacrados, aplastados, humillados y desde hace siglos permanecen en reservas, con el fin de que no puedan aspirar a ningún derecho... Me expreso en nombre de los desempleados en un sistema estructuralmente injusto y coyunturalmente desviado, quienes están obligados a percibir de la vida sólo el reflejo de la de los más pudientes.
Hablo en nombre de las madres de nuestros países desprovistos, que ven morir a sus hijos de paludismo o de diarrea, sin saber que para salvarlos existen medios simples que la ciencia de las compañías multinacionales no les ofrece, porque prefiere invertir en laboratorios cosméticos y en la cirugía.
Hablo también en nombre del niño. El hijo hambriento del pobre que echa una mirada furtiva a la abundancia de una tienda para ricos. La tienda está protegida por un vidrio grueso. El vidrio está protegido por una reja infranqueable. La reja es resguardada por un policía con caso, guantes y matraca. Ese policía, ha sido puesto ahí por el padre de otro niño que vendrá a servirse o a que le sirvan y representa todas las garantía y las normas capitalistas del sistema. Hablo en nombre de los artistas (poetas, pintores, escultores, músicos, actores), hombres de bien que ven su arte prostituirse por la alquimia de las prestidigitaciones del show business. Hablo en nombre de los periodistas confinados al silencio o a la mentira so pena de sufrir las duras leyes del desempleo".