Manuales de pintura y arte
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Siete pintores de una generación sin nombreLibro impreso: $260
DisponibleA las tres mujeres y los cuatro hombres que reunimos en estas páginas —María Romero, Sara María Terrazas, Gabriela Arévalo, Guillermo Scully, Carlos Gutiérrez Angulo, José Luis García Cruz, Rafael Charco Portillo— no los une un estilo, si acaso la edad y el vértigo. Para seguirles los pasos en la senda del color es preciso decir cómo pintan, describir sus pasiones, obsesiones y tareas, pues descreen de las pertenencias y las escuelas. Lo han arriesgado todo en la búsqueda de una expresión caóticamente enfrentada a la academia de la que salieron, a la comercialización que los ha marginado y a la repetición que los domesticaría.
Elegirlos significa un ejercicio de resistencia a la imposición de una velocidad que, en las condiciones de creatividad contemporáneas, puede pretenderse ultramoderna cuando sólo es la expresión de una realidad que el capital pretende desmigajar. Supongamos que la velocidad sea inversamente proporcional a la durabilidad y a la profundidad. Lo que perdura recoge y transforma; y lo que bucea en las aguas de los cenotes conecta con las aventuras de las utopías y los sueños. Escogimos a pintores que alimentan la posibilidad de soñar en terrenos que su propia experimentación abona. Pintores autónomos.
Las pintoras y los pintores reunidos en el presente volumen externan sus dudas sobre la existencia de una escuela de pintura contemporánea en México, dando a entender que ni en Oaxaca ni en Zacatecas hay tal cosa, aunque cierta publicidad quiera reunir paletas, etnias, pobreza y figuración en un todo externo al arte, una especie de comercio de la identidad pictórica.
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De la inminente catástrofeLibro impreso: $150
DisponibleDice Deleuze: "La catástrofe es el lugar de las fuerzas". Comentando cuadros de Miguel Ángel, Cézanne, Bacon o Michaux, nos muestra la condición ineludible de la pintura por librarse de fórmulas y clichés, procurando en esa germinación caótica o caos germinal, el surgimiento de una fuerza creadora.
Observando desde ese mirador deleuziano, el arte de los seis pintores mexicanos se me presenta en un escenario inédito. Algo más que un punto de partida o de un método de revisión y análisis encuentro al acercarme ahora a una obra de José Clemente Orozco o de Arturo Rivera, demorándome en localizar la aniquilación de los lugares comunes; o detectando el protagonismo de la mano sobre el ojo en varias piezas de Francisco Toledo; o contemplando la importancia estelar del dibujo en la pintura de Ricardo Martínez y su alianza con el color; o mirando los rituales de Rafael Coronel donde se ejercen todas las gamas y las intensidades de la condición del hombre.