Educar. Educar ¿para qué? La interrogante no es nueva, ha sido planteada durante todo el siglo en la filosofía, la epistemología, las ciencias de la educación, la investigación social y la económica. Se ha dicho que la educación impulsa el desarrollo económico de un país, favorece la movilidad social de los individuos, prepara para el trabajo; es responsable de la reproducción social de los valores, de la dominación y de la enajenación; abate la pobreza de los individuos y de los países.
David Orr, Fritjof Capra y Humberto Maturana reconocen que la principal motivación que debe alentar la educación es preservar la vida, y sólo encuentran una forma de lograrlo: cuidar la tierra, el agua, las especies; pues a pesar de que hoy la población del mundo recibe más educación, aumenta la devastación de la naturaleza y la destrucción del hombre.
¿Para qué sirve la educación?, ¿qué queremos de ella?, ¿qué educación se necesita? Son preguntas insoslayables que urge responder.